8 cosas que dicen 'Yo soy de la Nueva Era'
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Nueva Era es un conjunto no unificado de creencias y prácticas que se enfocan en promover la evolución espiritual del ser humano y de la humanidad como todo, con un propósito primordial: el cambio global que nos permita entrar en un tiempo nuevo de paz, unión y armonía.
La Nueva Era no es una religión ni un culto, no tiene un líder único ni una escritura a seguir, sino más bien es un movimiento o corriente donde sus seguidores son libres de adoptar y descartar creencias según juzguen útil para su crecimiento espiritual.
Como la Nueva Era no es un “club oficial”, muchos no son conscientes que sus creencias y/o acciones pertenecen a la Nueva Era.
Estas son 8 cosas que dicen “Yo soy de la Nueva Era” – le aplican?
Sentido global y de unidad. Si usted cree en la unidad y en que todos somos partes del todo, usted es de la Nueva Era. Cada acción individual afecta al todo y el bienestar global es responsabilidad de todos. No hay separación entre un individuo y otro, aunque la experiencia terrenal sea diferente, porque todos provenimos de la misma fuente y hacemos parte de la misma familia. Hacerle daño a otros, es hacerme daño a mí mismo.
Preocupación por el medio ambiente. Hacer parte del todo involucra también al universo entero. Habitamos este planeta, pero no somos dueños de él. El movimiento Nueva Era honra nuestro hogar y asume responsabilidad activa por preservarlo. Esto incluye un respeto completo por plantas y animales.
No juicio, no prejuicio. La perspectiva Nueva Era nos dice que cada quien tiene un camino espiritual propio.
Como tal, todos estamos en la Tierra para cumplir una misión y aprender una lección. En este sentido, aunque no lo entendamos, las acciones de los otros son manifestación de su estado y evolución espiritual. No hay juicio hacia las decisiones y opciones de los demás. Así mismo, como somos parte de un todo, entendemos que todos somos semejantes y celebramos diferencias de raza, credo, género y demás.
El karma existe. Como todo es energía, y la energía mueve y se reproduce, cada acción que enviamos al Universo tiene una frecuencia específica. Dicha frecuencia pone nuevas vibraciones en acción, y tarde o temprano las ondas de estas vibraciones que hemos creado con nuestras acciones, nos tocan nuevamente. Ningún pensamiento, acción u omisión queda impune – lo bueno se reproduce y regresa, y lo negativo también. El karma existe.
Lo natural es el mejor camino a la sanación. Si usted opta por el Reiki antes que por la aspirina, muy probablemente usted es de la Nueva Era. Nuestro cuerpo es sabio y creación del Universo, por ende, las reglas naturales de la creación y el poder de la naturaleza están condensados en él. Alinear las energías de nuestro organismo con las del Universo, ofrece una fuente ilimitada de prosperidad y salud. En este sentido, la intervención de productos y técnicas humanas se hace menos necesaria cada vez, o pasan a ser segunda opción.
Somos dueños de nuestra realidad. No hay un maestro moviendo cables invisibles que creen este o aquel evento en nuestra vida. Cada persona tiene el poder y sabiduría, aunque no sea consciente de ello, de tomar las riendas de su vida y manifestar su realidad. No hay absolutamente nada que se interponga entre nosotros y nuestros deseos – excepto nuestra mente limitada. Con afirmaciones, rituales, patrones de pensamiento específicos y una buena dosis de dharma, todos podemos manifestar lo más maravilloso posible en nuestra vida.
No existen las verdades absolutas. Las opciones son ilimitadas, y nada está escrito en piedra. Si usted es de “mente abierta” posiblemente es de la Nueva Era. No existen reglas absolutas ni órdenes que seguir. La guía básica es no hacer daño, y avanzar espiritualmente y existen muchos caminos para hacerlo.
Es mejor seguir nuestros instintos. Somos seres sabios con la habilidad de canalizar las energías universales – confiar en esta conexión es una premisa de la Nueva Era. Déjese guiar por sus instintos y créales. Deje la preocupación, juicio y manipulación de lado.
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