martes, 28 de julio de 2015

LOS AMANTES DE TERUEL

LOS AMANTES DE TERUEL

Escrito por: P.Argenter Leído 26.200 veces.

  Añadir nueva noticia

Retrato: ”Los amantes” de Picasso.

Los eternos enamorados de Teruel, los Romeo & Julieta españoles y su triste historia.

Cuentan que en los albores del siglo XIII vivieron en Teruel dos jóvenes llamados Diego e Isabel. Sus familias estaban enemistadas desde hacía ya tiempo, pero el destino quiso que ambos se enamorarán en contra de los deseos familiares. Los Segura era una familia con poder y con buena fortuna en Teruel mientras que los Martinez de Marcilla eran considerados una familia de pocos recursos económicos.

Un día los enamorados pidieron permiso para casarse y el padre de Isabel rechazó a Diego por no ser el pretendiente ideal para su hija y por falta de un patrimonio y riqueza que este deseaba para hacer un buen matrimonio. Entonces Diego Juan Martínez de Marcilla juró hacer fortuna fuera de Teruel y volver al cabo de cinco años y pidió al padre de Isabel que no la casara con ningún otro hombre.



No tardo el padre de Isabel a obligarla a casarse y buscó en el aristócrata Fernando de Gamboa, hermano del señor de Albarracín, al marido ideal para su ella. Los esponsales de la joven con el noble Gamboa fueron muy sonados y festejados en Teruel. Al cabo de un tiempo, al cumplirse los 5 años de la promesa en 1217, regresó Diego y viendo que su amada Isabel estaba ya casada con otro hombre. Pidió verla y en el momento de encontrarse uno enfrente al otro, Diego le pidió a Isabel un beso, ella se lo negó y él cayó desplomado en el suelo muriendo en el acto.

Isabel al enterarse del lugar del entierro de su eterno amado, quiso presenciar los entierros de Diego y los turolenses vieron atónitos como la joven Segura besó con pasión a su enamorado en unos labios ya fríos y sin vida, el beso que le negó al día anterior. Al acabar dicho acto, Isabel cayó desplomada sobre el cuerpo de Diego falleciendo de repente. El amor era tan grande que no pudieron sentirse separados ni una vez muertos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Archivo del blog