"Acababa de llegar de un exilio y sentía que no podía hacer esa película”, recuerda Norma Aleandro. “Todavía estábamos con un gobierno militar. No había habido elecciones, no estaba Alfonsín”, explica la actriz. Pese al opresivo clima político que rodeó la realización de La historia oficial, el director, Luis Puenzo, la convenció de participar: “Yo sentí que como ciudadana era una película que había que hacer”.
Filmada durante la inmediata postdictadura, la película se ambienta en 1983. Aleandro encarnó magistralmente a Alicia, una profesora de historia que llevaba una vida acomodada junto a su marido y a su pequeña hija adoptiva. El regreso a la Argentina de Ana, una vieja amiga suya que tuvo que exiliarse en Venezuela tras haber sido detenida y torturada por los militares argentinos, marcaría la primera ruptura en su armoniosa vida familiar. A partir de ese momento, Alicia comienza a indagar sobre la identidad de su nena, que había sido adoptada por su marido en condiciones sospechosas durante el autodenominado “Proceso de Reorganización Nacional”. El contacto con una Abuela de la Plaza de Mayo que busca a su nieta, la obliga finalmente a replantearse el relato oficial de la historia.
Además de llevarse el Óscar a la mejor película extranjera en 1986, el largometraje recibió una veintena de premios nacionales e internacionales, entre los que se cuenta el segundo Globo de Oro para la Argentina. Fue también candidata a la Palma de Oro del Festival Internacional de Cannes y ganadora del premio del público en el Festival Internacional de Cine de Toronto.
En el país de no me acuerdo
La historia oficial gira en torno a los ejes de la memoria, el saber y el no saber. El guión de Puenzo y Aída Bortnik, también nominado al Óscar, pone de inicio a fin en la voz de sus personajes un urgente reclamo de revisión del pasado reciente.
La película marcó un hito en la historia del cine argentino y en la sociedad misma. Fue una de las primeras en poner en foco la pregunta por los desaparecidos durante la dictadura, y por los hijos que les fueron arrancados durante ese periodo.
El personaje de Alicia representa la progresiva toma de conciencia que se produjo en el pueblo argentino. Del desconocimiento o la negación de la corrupción y del terrorismo de Estado que se vivía en la época, hasta el descubrimiento de la verdad y el consiguiente reclamo de justicia contra los culpables.
La historia oficial gira en torno a los ejes de la memoria, el saber y el no saber. El guión de Puenzo y Aída Bortnik, también nominado al Óscar, pone de inicio a fin en la voz de sus personajes un urgente reclamo de revisión del pasado reciente.
La película marcó un hito en la historia del cine argentino y en la sociedad misma. Fue una de las primeras en poner en foco la pregunta por los desaparecidos durante la dictadura, y por los hijos que les fueron arrancados durante ese periodo.
El personaje de Alicia representa la progresiva toma de conciencia que se produjo en el pueblo argentino. Del desconocimiento o la negación de la corrupción y del terrorismo de Estado que se vivía en la época, hasta el descubrimiento de la verdad y el consiguiente reclamo de justicia contra los culpables.
Trailer original de la película
A treinta años de su estreno original, el filme perdura como el testimonio de uno de los capítulos más nefastos de la historia argentina. “Es una película que no perdió nada a pesar del paso de los años y que le vendrá muy bien a las generaciones más jóvenes para saber qué fue lo que pasó en esa época tan dura para nuestro país”, comentó al respecto Norma Aleandro.
Con motivo de este aniversario, Distribution Company anunció su reestreno en las salas de cine en versión digital y remasterizada para octubre de este año. •
Con motivo de este aniversario, Distribution Company anunció su reestreno en las salas de cine en versión digital y remasterizada para octubre de este año. •
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