Nanobot. Son máquinas, o robots de una medida ultra pequeña.
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[ocultar]Definición
Los nanobots son máquinas, o robots, de dimensiones nanométricas que es una medida ultra pequeña , comparada a la de un átomo.
La nanotecnología es un campo de las ciencias aplicadas dedicado al control y manipulación de la materia a una escala menor que un micrómetro, es decir, a nivel de átomos y moléculas (nanomateriales). Lo más habitual es que tal manipulación se produzca en un rango de entre uno y cien nanómetros. Para hacerse una idea de lo pequeño que puede ser un nanobot, más o menos un nanobot de 50 nm tiene el tamaño de 5 capas de moléculas o átomos (depende de qué esté hecho el nanobot).
También llamado nanoagente, el término nanobot hace referencia a una máquina en la escala de los nanómetros. La nanorobótica es la fabricación de máquinas, o robots, de dimensiones nanométricas. De una forma más específica, la nanorobótica se refiere a la todavía hipotética ingeniería nanotecnológica del diseño y construcción de robots. Otra definición, usada algunas veces, es la de una máquina capaz de operar de forma precisa con objetos de escala nanométrica. En Internet se define al nanobot como una nanomáquina robot nanotecnológica (un robot nano), también llamado nanite, un aparato mecánico o electromecánico cuyas dimensiones son medidas en manómetros (millonésima parte de un milímetro, o unidades de 10^ (-9) metros).
Primera Generación
En un par de años aparecerá la primera camada de nanosensores. Éstos serán capaces de transmitir información desde el interior del cuerpo humano hacia receptores ubicados en el exterior de cuerpo. Información valiosa para el control de enfermedades crónicas o para combatir infecciones. Por ejemplo una persona diabética podrá usar estos dispositivos para ajustar su dosis de fármacos o que una alarma lo alerte que ha comida demasiados pasteles. También veremos los primeros fármacos de liberación prolongada altamente eficientes. Fármacos que pueden mantener sus niveles en sangre constante y que no requiera ser administrados más de una vez al día.
La posibilidad de crear nanosensores que puedan detectar virus, bacterias, toxinas y incluso células específicas será un gran avance en el diagnóstico de enfermedades e incluso el tratamiento dirigido del cáncer. Se logrará unir nanosensores específicos para células tumorales que las sensibilizarán para que fármacos o terapias de radiación las maten sin alterar las células sanas circundantes.
El último avance de esta generación serán unos dispositivos que podrán crear moléculas desde el interior del cuerpo. Tomarán los aminoácidos circulantes y gracias a patrones preestablecidos serán capaces de sintetizar moléculas, enzimas, hormonas, etc. Estos dispositivos, todavía no nanométricos, ayudarán a transformar el cuerpo humano en una máquina más eficiente aún. Éste será el avance más significativo antes de pasar al siguiente nivel.
Segunda Generación
La técnica ya ha logrado minimizar a estas máquinas al nivel nanométrico y la capacidad de actuar. Aunque no inteligentemente, sí lo hacen gracias a señales dadas desde un dispositivo emisor que actúa como jefe de obras. Robots especializados serán introducidos a nuestro organismo para cumplir misiones específicas: reparadores, destructores, manutención, producción, etc.
Se iniciarán los implantes de nanobots sobre fracturas o sobre órganos dañados para que lancen y regulen las señales de reparación. Serán capaces de reclutar más células reparadoras y pongan más material a disposición de éstas para que hagan su trabajo. Serán la nueva terapia para ayudar a parar hemorragias y recuperar heridas gracias a su capacidad de formar vasos sanguíneos.
Luego los científicos lograrán unir células madres a nanobots que mejorarán las terapias que actualmente se encuentran probando y tienen un par de indicaciones como tumores de médula ósea o infartos cardíacos para recuperar el tejido cardíaco muerto. Finalmente los últimos integrantes de esta generación serán los nanobots que contarán con sensores que permitirán monitorear algo específico, informar al médico tratante y éste gracias al informe de los nanobots tomará una decisión que enviará al dispositivo de control para que le ordene a los nanobots comenzar a actuar. Probablemente a esta altura muchas de los tratamientos de este tipo se realicen a través de telemedicina. Incluso es lógico pensar que los teléfonos móviles de esos momentos serán capaces de captar toda la información transmitida por los robots y enviársela a los médicos.
Tercera Generación
El último estadío de la evolución de la nanotecnología será el desarrollo de la autoreplicación y la inclusión de IA (Inteligencia Artificial). Funciones superiores necesarias para trasnformar a los nanobots en nanodocs. La autoreplicación es clave para la efectividad de tratamientos masivos o al menos para pensar en robots que mantengan un cuerpo humano. Para lograr mantener las funciones vitales de un cuerpo es necesario un ejército de robots que viajen a través de nuestros vasos sanguíneos, entren en los tejidos blanco y realicen sus acciones. Además es necesario que tengan la capacidad de mantener un número constante ante eventuales pérdidas o malfuncionamiento. Es necesario que sean capaces de aumentar su número en caso necesario y posteriormente autodestruirse para volver a un “estado basal”.
El otro elemento indispensable para la evolución es la Inteligencia Artificial. Ya no necesitarán un dispositivo externo que decida por ellos. Cada uno será capaz de detectar una alteración y ejecutar la acción para la que están programados. En el caso de una infección serán capaces de sintetizar anticuerpos específicos para el patógeno o sensibilizar células inmunes para que ataquen un blanco que normalmente no detectarían.
El cuerpo humano cuenta con un sistema de autodestrucción de células tumorales muy eficiente, pero este sistema se desgasta y sería ideal contar con un sistema de respaldo ante eventuales fallas de nuestro sistema protector.
Esta claro que no requieren una IA (Inteligencia Artificial) muy avanzada, son solo patrones de acción-reacción por lo que los paranoicos que piensan en que los robots van a tomar control de su cuerpo pueden dormir tranquilos.
Aquí las posibilidades se expanden exponencialmente. Se podrá usar estos robots para prevención de enfermedades o para la curación. Los nanodocs circulando por nuestro cuerpo nos mantendrían sano y ayudarían a mantener la vida por mucho más tiempo y en mejores condiciones que las que conocemos actualmente con la posibilidad de extender la esperanza de vida considerablemente. Las enfermedades crónicas serían las más beneficiadas, las enfermedades autoinmunes y las degenerativas cortarían de raíz el problema al destruir el factor que las produce y al mismo tiempo reparar el daño. Los traumatismos requerirán menos tiempo para su recuperación gracias a la reparación dirigida por estos obreros nanométricos. Incluso pacientes que ya presentan daño se podrán ver beneficiados por las terapias con nanodocs.
Los procedimientos quirúrgicos serán realizados por una inyección de nanodocs especializados. Imaginen que las apendicitis puedan ser destruidas desde dentro por los robots o que un cálculo puede ser disuelto sin la necesidad de tener que pasar por una intervención quirúrgica. Es importante clarificar que ninguna de estas tecnologías se encuentra disponible ahora ni en fase de pruebas. Faltan todavía elementos importantes que constituyen las bases para el desarrollo y proliferación de esta tecnología pero las metas están, la voluntad existe y sobretodo el dinero fluye incesantemente hacia estos proyectos
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