INTRODUCCIÓN
Muchos de los datos usados en finanzas son series temporales. Esto es, son observaciones sobre una misma variable en diferentes momentos del tiempo. Algunos ejemplos de este tipo de series podrían ser:
- El precio de las acciones (o el beneficio que producen las acciones).
- El Tipo de cambio de una divisa.
- El tipo de interés.
- El precio de los bonos.
- La inflación.
- El predio de opciones, futuros, etc.
El hecho de que una serie temporal esté compuesta de datos sobre una misma variable (o grupo de variables) a lo largo del tiempo significa que quizás sea posible usar el valor de la variable hoy para predecir algo sobre esta misma variable en un punto del futuro. Por ejemplo, si sabemos que el valor del IBEX 35 es de 9562 hoy puede ser que esa información sea útil para poder decir cuál será su valor mañana. Más aún podemos si observamos el valor a día de hoy junto con el resto de valores desde hace una semana, puede servirnos para decir algo sobre el valor de mañana. Esto es una predicción sobre el nivel de un índice, o lo que es lo mismo, una predicción del cambio en el valor de un índice entre hoy y mañana.
¿PREDECIR PRECIO O RENTABILIDAD?
En este apartado vamos a ver que es equivalente predecir el precio a predecir la rentabilidad, y que por tanto preferiremos trabajar prediciendo sobre la rentabilidad.
Como sabemos, los mercados financieros suelen pasar por periodos de cierta turbulencia y otros de relativa calma. Así pues, el riesgo, o la volatilidad (medida a veces a través de la varianza) de un activo financiero (siempre referido a su rentabilidad que es lo que más nos interesa) es variable en el tiempo, y posiblemente será predecible.
La predicción del riesgo de un activo financiero es muy interesantes por ejemplo a la hora de tomar decisiones sobre una cartera de valores, para la gestión del riesgo o establecer precios adecuados, entre otras cosas.
Existen varias propiedades en las distribuciones de los activos financieros que pueden ser de interés además de la rentabilidad en si misma, por ejemplo:
- El riesgo (como ya hemos mencionado).
- La probabilidad de una crisis (o `crash').
- La probabilidad de que la rentabilidad sea positiva o negativa.
- Coeficientes de asimetría.
- O incluso la propia distribución en sí.
La predicción de otras características de los activos financieros que no sean la rentabilidad (como las que acabamos de mencionar) es una actividad relativamente nueva y muy activa de la econometría financiera moderna.
Si no existen estrategias de negocio tales que exista una predicción tan precisa que pueda llevar a obtener beneficio económico (el tipo de activo financiero adecuado para explotar este tipo de información podría, sencillamente, no existir), entonces un activo financiero cuya rentabilidad sea altamente predecible no violaría la Hipótesis de los Mercados Eficientes.
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