martes, 24 de marzo de 2015

lemanja

Diosa Iemanjá

Nombre: Iemanya, Jemanjá, Yemanyá, Yemayá, Yemanjá, Yemaja, Yemaya Olokún o Iemanjá
Flor: Rosa Blanca
Color: Azul, Blanco, Celeste
Piedra: Axé
Animal sagrado: Hipocampo y Peces
Representa: Fertilidad y Maternidad
Símbolos: Conchas, Caracoles, las Aguas del Océano y la Luna

Historia
Yemaya es la diosa de las profundidades del mar, fuente de todo origen y vida. Es la deidad de las aguas saladas. Es la diosa madre. Es la dueña de las aguas y representa al mar, fuente fundamental de vida y creencias. De sus pechos habrían brotado las aguas de los continentes, creando luego todo lo demás. Yemaya, la madre de las aguas, es conocida como la Diosa del Agua Salada, Diosa del Encuentro de las Aguas del Río y del Mar, Emperatriz de las Aguas, Reina del Mar, Diosa de la Fecundidad, Madre Primordial y Señora de la Vida. De ella nació todo lo que se conoce.
Yemaya es la reina primigenia, la diosa sagrada de origen africano que se trasladó a países americanos como Brasil, Colombia y Cuba, entre otros. Es la dueña de las riquezas de todos los mares y océanos, de sus perlas, conchas, caracoles, corales y peces. Es natural de Obeokuta, pero sus adoradores principales son del pueblo de Egbado. En los primeros tiempos se la conoció como Ymoja, una de las más grandes diosas de Nigeria, de África y de la diáspora. Se la expresa como una sirena sobre una concha, resplandeciente de belleza y alegría en los océanos. El azul y el celeste, así como las perlas le dan el rango de emperatriz del sentir, y los tonos plateados simbolizan la Luna creciente.
Yemanya diosa mayor de los Orishas y Madre de todos los Orishas, es hija de Olokúm (Dios del Mar). Es la fuente de todas las riquezas, las cuales comparte con su hermana Oxum.
Habita en las aguas saladas de los mares y océanos del mundo, representa el misterio de lo profundo que envuelve a la tierra, rodeada de mares y océanos. Se la asocia a la gestación, a la maternidad y es caracterizada por su fuerza y su determinación, así como por su sentido de la amistad. Representa la mar en calma y tormentosa. Simboliza la maternidad por excelencia. Es la fuerza progenitora, madre de todos los seres humanos. Se la simboliza como una mujer alta, risueña, sabia y con porte de reina, es de carácter orgulloso, indomable, astuto y arrogante. Sus colores son el azul y el blanco, los colores del mar y la espuma. Sus símbolos el abebé, un abanico redondo de metal plateado con la figura de una sirena o un pez, y el axé, una piedra blanca venida de las profundidades, que se guarda en una porcelana azul, rodeada de otros elementos de mar. Danza con un abanico de metal blanco en las manos imitando el movimiento de las aguas y el vaivén de las olas del mar.
Es la Reina del Amor por excelencia, enseñó a todos los demás lo que es el amor. Su bondad y nobleza la distinguen ante la humanidad. Pero, cuando se enfada es irrefrenable e implacable con quién la indignó, aunque sus castigos siempre llevan el peso de la justicia. Su palabra es sagrada.
Domina la creatividad y a la madre natura. Ella manda sobre cada criatura del océano, y trae las lluvias para nutrir la tierra. Dado que el océano es análogo a las aguas que nutren la vida en el vientre de la mujer, Yemaya también reina sobre la fertilidad. Es por eso que es a ella a quien se le ruega cuando se tiene problemas con el embarazo. Como madre, tiene la gloria de ser comprensiva con sus hijos. Se le toma como invocadora de la femineidad. Posee las características propias de la Luna.
Yemaya es quién reina en el mar con su misericordia y milagros. Se le considera protectora de los barcos y patrona de los pescadores, también es dueña de los frutos del mar. Entre los pescadores existe la creencia que cuando hay tormentas fuertes es señal que Yemaya está enojada por algo que ocurrió o porque no le ofrendaron algo que le prometieron. Existe una tradición que cada vez que uno visita el mar si tira una perla por cada ser querido que uno tiene y le asegura que este va a estar bien todo el año. Su día es el sábado.
Su día se celebra el 2 de febrero donde se baila, y se le realizan diversas ofrendas. Como Yemaya es coqueta, adora los collares, los pendientes, los perfumes y las flores, ese día cada mujer construye una pequeña barca y la carga de regalos, mientras en la orilla, alrededor de una fogata o entre velas encendidas, los fieles, vestidos con túnicas blancas, piden deseos y entonan cánticos para alabarla, mientras echan al mar las ofrendas. Terminada la ceremonia se alejan sin dejar de mirar al horizonte, para no dar la espalda a la Diosa. Si el mar se lleva las ofrendas es señal que la Diosa escuchó el pedido y va a ser concedido. En cambio si la barca vuelve a la orilla, es porque Yemanyá ha desoído su súplica.
Cuenta la leyenda que se casó dos veces, primero con Orumlia (Señor de las adivinanzas), y después con Olofìn Odudua, rey de Ifè, con quién tuvo diez hijos, aunque en total se le atribuyen quince (todos dioses). Cuentan que un día, después de discutir con su marido, que había vuelto borracho, y después que este se burlara de los grandes pechos de Yemanyá, ella lo abandonó dirigiéndose hacia las tierras del oeste. Odudua envió entonces a su ejército a capturarla. Al verse rodeada, Yemanyá rompió contra el piso una garrafa con una sustancia que su padre le había dado para defenderse. Se formó entonces un gran río que llevo a la Diosa hacia el Mar, residencia de su padre.
Desde entonces se ha reconocido a Yemanya como Diosa del Mar, mientras que su padre es el Dios de ríos y lagos de agua dulce.
También se cuenta que un día Oloddumare-Olofi emitió un decreto que pedía a todos los orisha que fueran a su Efin (palacio). Yemanya estaba en la tierra en ese momento. Cuando la noticia del decreto llego a ella, estaba sacrificando un carnero, una de sus comidas favoritas. No deseando llegar con las manos vacías ante Olofi, y al no tener ningún otro regalo, coloco la cabeza del carnero en un plato de plata y la llevo al Creador. Mientras esto sucedía, ella fue la única de los orisha que pensó en llevar un presente a Olofi. Conmovido por esta atención, el Creador se levanto de su trono y dijo “Awoyo Ori Dori Re” (una cabeza tras, una de cabecilla serás). Y de ahí en adelante Yemanya fue colocada en un rango por encima de los otros orishas.

Atributos y Ofrendas
Los atributos de Yemayá son dos remos, siete adanes (manillas), una corona, timón, barco, hipocampos, peces, conchas, corales, un sol, una luna llena, una mano de caracoles, una sirena, platos, un salvavidas, una estrella, una llave, una maraca pintada de azul, abanicos redondos, un pilón y todo lo relativo al mar de hierro, plata o plateado.

La ofrenda que más se le da son las rosas blancas que le gustan mucho. Cuando sus hijos tienen la salud quebrantada, deben llevar una canasta de rosas blancas a la orilla del mar y ahí llamar a Yemaya echándole las rosas blancas. Se le ofrenda Ochinchin de Yemaya hecho a base de camarones, alcaparras, lechuga, huevos duros, tomate y acelga, ekó (tamal de maíz que se envuelve en hojas de plátano), olelé (frijoles de carita o porotos tapé hecho pasta con jengibre, ajo y cebolla), plátanos verdes en bolas o ñame con quimbombó, porotos negros, palanquetas de gofio con melado de caña, coco quemado, azúcar negra, pescado entero, melón de agua o sandía, pochocho con miel, piñas, papayas, uvas, peras de agua, manzanas, naranjas, melado de caña, golosinas, tortas, etc. Se le inmolan carneros, gallos, patos, gallinas, gallinas de Angola, palomas, codornices y gansos. También se le ofrecen muñecas, maquillajes, anillos, jabones, perfumes, talcos, espejos de mano, perlas, peines, collares, piedras blancas, porcelanas azules, etc...

Yemaya de los Cinco Nombres
Yemaya, que es la dueña del muelle, de los aveiros, de la vida de sus hombres, tiene cinco nombres, cinco nombres dulces que todo el mundo conoce.
Se llama Yemaya, siempre se llamó así y ese es su verdadero nombre, de dueña de las aguas, de señora de los océanos.
Pero a los canoeros les gusta llamarla Janaína, y los negros, que son sus hijos predilectos, que danzan para ella y la temen más que todos, la llaman Inae devotamente o, en sus súplicas, la Princesa de Aiocá, reina de esas tierras misteriosas que se esconden en la línea azul que las separa de las otras tierras. Y las mujeres del muelle, que son simples y valerosas, Rosa Palmeirón, las mujeres de la vida, las casadas, las muchachas que esperan novio, le dicen Señora María, por que María es un lindo nombre, el más lindo de todos, el más venerado y se lo dan a Yemaya como un regalo, como si le regalaran una caja de jabones a su piedra del Dique.
Ella es una sirena, es la madre del agua, la dueña del mar, Yemaya, Janaina, la Señora María, Inae, la Princesa de Aiocá.
Ella domina los mares, ella adora la luna, que viene a ver en las noches sin nubes, ella gusta de las músicas de los negros.

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